A José Miguel
Méndez (Chemi)
Lezamianos
sumamos legiones heterogéneas, cuya atención merece la transcendencia de sus
textos que orquestan una atmósfera paradójica que alimenta múltiples
interpretaciones. A José Miguel (Chemi), le ofrezco la imago de este hombre perfectible por la poesía que aparece en las
«aventuras sigilosas» de sus metáforas e imágenes y las crecidas páginas de sus
libros se proponen como laberinto de iniciaciones, así lo expresan la
multiplicación de sus lectores y entre ellos Chemi.
En
Lezama Lima el poder de la analogía lo lleva a transfigurar la muerte, el
recuerdo, el sueño, la memoria, la despedida y olvido en expresiones incesantes
que en su más íntima naturaleza, rompe las infructíferas divisiones entre vida
y cultura, naturaleza e historia, realidad y fabulación, y consecuentemente
alcanza un rango que lo sitúa más allá de cualquier limitación individualista y
lo convierte en un medio de conocimiento, un modo de penetrar la realidad
concebida como imagen.
Cuenta
Chemi: «A Lezama Lima lo conocí literariamente (digo conocer como cuando
nosotros nos acercamos a algo inusitado) a través de la experiencia literaria
concebida con las largas lecturas del poeta Antonio Urdaneta» Hablar contigo,
amigo Chemi, es sentirse en la orbe Lezama, acto seguido te seguía escuchando
decir: «Me sentí virgen, empecé con aquel poema: «de la contradicción de las contradicciones,/ la contradicción de la poesía,/ obtener con un
poco de humo/la respuesta resistente de la piedra», me contagié con un
revuelco femenino y a su vez fui en búsqueda de más escritos de ese amor
literario».
Hiciste
un contrasté entre Cortázar y Lezama Lima, resaltaste que ambos exploran una geografía inesperada que
contraen su materia imaginera: «en Cortázar hay una jugada escritural que
plasma lo fantástico y lo sustancializa
en el correlato y esas ganas de coquetear al lector desde una panorámica de
collage, recortes y bisutería de revista; mientras que Lezama busca ilustrar el
lado más exaltante de la historia literaria, que a su vez está sumergido sobre
tratados poéticos y filosóficos tal como se memoriza en los diálogos de Froción
y Fronesis». Permanecer largas
horas sobre el libro oyendo a Chemi sin salir del pasmo que produce descender
hacia las obligaciones cotidianas; cada palabra seduce al país donde las arenas
son perlas, ¿Entendíamos? ¿Descifrabamos? No sabemos, existía una comprensión cómplice
hacía a cualquiera parpadear en lo oscuro, después de leer esas líneas existía
una complicidad Lezama, un credo Lezama, la lucha nocturna pero también la
resistencia de lo cotidiano una galería de imágenes con rumbo hacia lo
insospechado.
José
Miguel —a quien yo prefiero llamar Chemi— tuvo la fortuna de celebrar el
centenario de Lezama Lima en Cuba y recitar junto a sus discípulos escritores
cubanos. Para él Lezama es el minotauro permanente de América, con énfasis dice:
«La juventud puede encontrarse en una situación favorable con Lezama si se
enfrenta todos los días con el laberinto interminable de Paradiso». Muchas
veces difiero de Chemi cuando hablamos sobre Lezama, le comento que para el lector
abrir las páginas lezamianas es algo parecido a que se le haya cerrado la
puerta en la cara al encontrarse con la imagen infinita. Los amantes de Lezama
erigirían comentarios en contraposición a lo que he expresado, considero que la
crítica lezamiana siempre ha repetido lo mismo una y otra vez, en sus aportes
no se hallan críticas en oposición a las ideas de Lezama — pero para que se
produzca— el lector-creador debe levantar su voz —y su pluma— y pasar la
barrera de la apología y de la sedimentación al canon.
Poeta José Miguel (Chemi), te invito a
que sigamos al borde su escritura, más allá de la imagen poética para
reflexionar acerca de la forma y el fondo sobre la base de un análisis que
privilegie el lenguaje del cosmos y acercarnos a contextos culturales cada vez
más ricos e inquietantes, y como dices tú a «recorre por las
últimas esencias de la poesía y el mundo por muy posible, por mucha
interrogación, por la vivida puerta de donde ni pareciera golondrina nuestra
tarde al muro, a las rocas, los primeros minerales de la tierra» donde para ti nace
Lezama Lima, el poeta de la última otredad posible. Chemi, siempre recuerdo tus
palabras lezamianamente seductoras «otra manera de comprender a través de la
memoria de Lezama por qué el mundo tiene poesía»
by Floriman Bello Forjonell
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